En este artículo os explicamos los factores a tener en cuenta a la hora de la elección de detectores y pulsadores de alarmas de incendios.
Elegir detectores de alarmas de incendios
Debemos tener en cuenta diferentes factores antes de escoger detectores:
- Exigencias legislativas.
- Productos presentes en el área y su combustión.
- Diseño del espacio (sobre todo la altura del techo).
- Efectos de la climatización/ventilación.
- Factores ambientales en locales vigilados.
- Análisis de posibles falsas alarmas.
En general, los detectores seleccionados tienen que poder proporcionar la primera advertencia confiable posible bajo las condiciones existentes en el espacio en el que se instalan. No existe un único detector que sea el más adecuado para todas las aplicaciones y la elección final dependerá de factores individuales. A menudo incluso se recomienda combinar diferentes modelos de detectores para instalar en alarmas de incendios.
Habitualmente, los detectores de incendios se diseñan uno o varios procesos de combustión: humo, calor, radiación (llamas) y otros productos similares. Cada modelo reacciona a un ritmo diferente a diferentes tipos de fuego. En general, los detectores de calor responden más lentamente; pero un incendio con aumento de calor rápido y poco humo pueden activar un detector de calor antes otro de humo. En un incendio de crecimiento lento, como sucede al principio por ejemplo en fuegos con cartón, un detector de humo suele ser el primero en emitir. Con un incendio de combustible líquido, la detección más temprana suele ser por medio de un detector de incendios.
Detectores de calor y humo
Los episodios detectados por los detectores de calor y humo en alarmas de incendios se transportan desde el foco hasta el detector por convección. Estos detectores funcionan cuando un techo (u otra superficie parecida) lleva los elementos producidos por la llama del fuego hacia el detector. De esta forma, la mayoría de las edificaciones son aptas para los detectores.
La radiación detectada por el detector de llama va en línea recta, no necesita un cerramiento que conduzca los productos de combustión hacia el detector. Por lo que estos detectores pueden usarse al aire libre o en espacios con techos de mucha altura; lugares donde los detectores de calor y humo pueden no dar las mismas prestaciones.
Ciertos gases como CO, CO2 y NH3 pueden estar presentes en cualquier incendio. De esta forma, los detectores de gas pueden detectarlos fácilmente.
Los detectores multisensor se obtienen combinando dos o más tipos de detectores (humo/calor, humo/calor/llamas o humo/CO); se procesan las señales de cada uno mediante cálculos matemáticos para afinar mejor la diferenciación entre alarmas reales y falsas.
Ciertos detectores como monóxido de carbono, CO o detectores combinados como CO/temperatura, no se considerarán de uso general; sólo se emplearán en áreas específicas donde un técnico experto proporcione un uso justo.
Tipos de detectores de incendios
Detector de humo
Los detectores de humo, de cámara de ionización u óptico, presentan un abanico amplio de funcionalidades y usos generales. Aunque existen matices, y debemos tener en cuenta que todos son especialmente útiles para determinadas aplicaciones y al contrario.
Los detectores de humo de cámara de ionización detectan fácilmente el humo con pequeñas partículas, pero no responden con la misma eficacia con humos más densos y partículas de tamaño superior; el segundo caso suele darse en objetos que arden sin llama.
El detector de humo que opera gracias al principio de luz difusa responde mejor a partículas más grandes. Partículas que se distinguen fácilmente en humos densos; y pierden prestaciones ante las partículas que contienen los fuegos que combustionan limpiamente. Hay materiales, como el PVC, que al calentarse en exceso o arder sin llama, generan un humo con partículas de importantes dimensiones que son bien reconocidas por los detectores de humo ópticos.
Detectores de humo de aspiración
Operan a través de una red de tubos que toman pruebas del ambiente de la zona protegida y las llevan a un sensor. El tubo cuenta con varias salidas para la toma de muestras. Son detectores que a menudo se emplean para proteger equipos informáticos.
Los detectores lineales de haz perciben cuando un haz de luz se oscurece. Suelen utilizarse para detectar cuando el humo se extiende a lo largo de un espacio de grandes dimensiones antes de ser detectado. De las pocas variantes válidas de detector de humo válido con techos altos.
Como resumen, podemos afirmar que el detector de humo responde algo más rápido que el de calor; pero que pueden generar más falsas alarmas si no se montan de forma óptima. Además, debemos tener en cuenta al elegir detectores que los de humo no son sensibles a los productos emitidos por líquidos que arden limpiamente como el alcohol; en estos casos potenciales siempre es mejor instalar detectores de calor o de llama.
Para terminar, pensando en las falsas alarmas, si existen en el espacio protegido procesos que puedan producir humo, vapores, polvo o similar, mejor apostar por detectores de calor o llama.
Detector de calor
Puede afirmarse que son los detectores menos sensibles. Así, un detector de calor se activa aproximadamente cuando las llamas de un incendio han recorrido una de las tres partes que separan el suelo y el techo de un espacio.
Los detectores de calor con respuesta termovelocimétrica se recomiendan si la temperatura ambiente es baja o varían poco a poco; y los detectores de calor que reaccionan a una temperatura fija son mejores para espacios donde es factible que la temperatura ambiente cambie en poco tiempo durante espacios pequeños de tiempo.
En la parte positiva, estos detectores soportan mejor condiciones adversas que otros tipos.
Detectores de llama
Los detectores de llama están preparados para reconocer la radiación que genera el fuego. Así, están diseñados para detectar radiación ultravioleta, infrarroja o una combinación de éstas. De esta forma, un detector de llama puede detectar la banda del espectro de la radiación que generan los materiales inflamables; aunque en algunos casos -por ejemplo materiales inorgánicos- se recomiendan detectores de llama que respondan a partes específicas del espectro de longitudes de onda.
Por todo esto, un detector de llama es capaz de responder con mayor rapidez a un incendio con llama que los detectores de calor o humo. Pero al no ser útiles en incendios sin llama, no se reconocen como detectores de uso general.
No hay que instalar este tipo de detectores obligatoriamente en techos, ya que la transmisión se hace por radiación. Son detectores empleados en zonas de vigilancia de espacios exteriores donde se almacenan materiales como madera; u otros tipos de almacenamiento de riesgo donde un incendio con llamas puede desarrollarse con mucha virulencia en poco tiempo (bombas, válvulas o tuberías con combustible líquidos o similares).
El detector de llama necesita visibilidad plena
Este tipo de detectores solo son útiles y efectivos teniendo visibilidad plena de la zona que se trata de proteger.
La radiación ultravioleta de las longitudes de onda que se emplea para detectar incendios tiene la posibilidad de ser absorbida por elementos como aceites, grasas, cristales, humos, etc; por lo contrario, la radiación infrarroja sufre esta realidad en menor porcentaje. Por ello, a veces es difícil que la radiación ultravioleta de un fuego active un detector si existe mucho humo antes que las llamas. En espacios donde pueden darse incendios con materiales ardiendo sin llamas, los detectores de radiación ultravioleta pueden complementarse con detectores de humos.
Un detector de llama que estará expuesto a la luz solar debe ser poco sensible la luz del sol.
Pulsadores de alarmas de incendios
En una misma instalación contra incendios siempre se recomienda que los pulsadores de alarmas de incendios funcionen de la misma manera y sean del mismo modelo. Además, es especialmente importante diferenciar visualmente los pulsadores que servirán para activar un aviso de incendio.
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Fuentes
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